Lo cierto es que Marruecos es un verdadero paraíso para los amantes de las aves, apenas a 15 kilómetros de nuestras costas un mundo de especies totalmente diferente se presenta ante las lentes de entusiastas ornitólogos ansiosos por descubrirlas.
Por suerte tuve el privilegio de compartir dos semanas (que se hicieron cortas) con un equipo científico de la Estación Biológica de Doñana (EBD) en el estudio genético de la Alondra ricotí (Chersophilus duponti). Sin duda la experiencia fue inolvidable. Quiero agradecer a J. L. Tella la oportunidad que me brindó para unirme a su equipo y sirvan estas imágenes como recuerdo de una experiencia maravillosa.
Por suerte tuve el privilegio de compartir dos semanas (que se hicieron cortas) con un equipo científico de la Estación Biológica de Doñana (EBD) en el estudio genético de la Alondra ricotí (Chersophilus duponti). Sin duda la experiencia fue inolvidable. Quiero agradecer a J. L. Tella la oportunidad que me brindó para unirme a su equipo y sirvan estas imágenes como recuerdo de una experiencia maravillosa.
La imagen: Cerca del Alto Atlas, un frío insoportable, un niño de apenas 10 años, con un limpiabotas en las manos, tiritaba de frío, me quité la bufanda tubular (lo comunmente llamado braga vamos), los guantes y el gorro de lana. El niño no paraba de darme las gracias, nos acompañó hasta que nos disponíamos a marcharnos, durante la cena no paraba de agradecerme el gesto. Subidos en nuestro coche el niño, fuera en la calle, junto a la ventanilla, seguía agradeciendo el gesto. "Esta noche es el niño más feliz del mundo", palabras de Paola Laiolo, a mí me costó una faringitis de miedo, pero mereció la pena.
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